He aquí algunos de los platos y delicias culinarias más apreciados de París:
Croissants: hojaldrados y dorados, estos pasteles de mantequilla son un clásico del desayuno parisino. Sus capas delicadas y aireadas hacen de cada bocado un lujoso comienzo del día.
Baguettes – Icónicas hogazas alargadas con una corteza crujiente y un interior suave y mullido. Son perfectas solas o acompañadas de quesos finos y embutidos.
Tostada francesa (Pain Perdu) – Rebanadas gruesas de pan empapadas en una rica crema de huevo y fritas a la sartén hasta alcanzar una perfección dorada. A menudo se sirven rociadas con sirope de arce, cubiertas con bayas frescas o espolvoreadas con azúcar glas.
Quiche Lorraine: sabrosa tarta rellena de una cremosa mezcla de huevos y queso, a menudo aderezada con bacon crujiente o verduras salteadas. Su suave relleno de crema pastelera en una corteza mantecosa es un reconfortante favorito de los franceses.
Escargots – Tiernos caracoles bañados en una exuberante mantequilla de hierbas y ajo. Este manjar francés por excelencia ofrece una explosión inolvidable de rico y sabroso sabor.
Fondue – Una mezcla pegajosa y fundente de queso suizo servida en una olla común. Sumerja crujientes trozos de pan en el exquisito queso para disfrutar de una experiencia realmente placentera.
Ratatouille – Una vibrante mezcla de verduras salteadas, como berenjenas, calabacines y pimientos, cocinadas a fuego lento con tomates y hierbas frescas. Este clásico provenzal es tan reconfortante como sabroso.
Steak Tartare – Carne de vacuno cruda finamente picada combinada con una sabrosa mezcla de condimentos, alcaparras y yema de huevo. Es un plato sofisticado y atrevido a la vez.
Crème Brûlée – Un aterciopelado flan de vainilla cubierto con una capa de azúcar caramelizado. Al romper la crujiente capa de caramelo se descubre un postre suave y cremoso.
Macarons – Delicados y coloridos dulces con una crujiente cubierta exterior y un relleno suave y cremoso. Cada bocado ofrece una explosión de sabores, como el rico chocolate, la vibrante frambuesa o la fragante vainilla.
Quesos – Las queserías parisinas ofrecen una gran variedad de exquisitos quesos, como el cremoso Brie, el picante Roquefort o el terroso Camembert. Cada queso refleja la rica tradición láctea de Francia.
Postres de chocolate y fruta – Decadentes delicias como la aterciopelada mousse de chocolate o las suculentas tartas de fruta, que proporcionan un delicioso equilibrio de sabores dulces y ácidos.
Sopa de cebolla (Soupe à l’oignon) – Un cálido tazón de cebollas caramelizadas cocidas a fuego lento en un sabroso caldo, coronado con queso fundido y pan crujiente. Ideal para las frías noches parisinas.
Profiteroles – Ligeros hojaldres de pasta choux rellenos de deliciosa crema y rociados con rica salsa de chocolate. Estos encantadores bocados son tan golosos como deliciosos.
Tortillas – Esponjosas y doradas tortillas rellenas de ingredientes como setas, queso o jamón. Una opción versátil y satisfactoria.
Tarte Tatin – Una tarta invertida de manzana caramelizada con una corteza crujiente y mantecosa. Cada rebanada revela tiernas manzanas recubiertas de caramelo en un delicioso glaseado.
Bouillabaisse – Un fragante guiso de marisco provenzal, rebosante de pescado y marisco, cocinado a fuego lento con hierbas aromáticas y especias. Se sirve con rouille y pan crujiente para mojar.
Foie Gras – Lujoso paté de hígado de pato o ganso, a menudo acompañado de una delicada compota de frutas o una rebanada de brioche tostado. Un verdadero manjar para paladares refinados.
Crème Chantilly – Nata montada esponjosa y azucarada que añade un toque de elegancia a los postres. Perfecta sobre tartas, pasteles o fruta fresca.
Galette Sarrasin – Sabrosas crepes de trigo sarraceno, normalmente rellenas de combinaciones como jamón, queso fundido y huevos. Estas abundantes crepes son ideales para una comida o cena satisfactoria.
Tartas: pasteles abiertos rellenos de delicias dulces o saladas. Piense en deliciosas tartas de frutas, sedosas tartas de natillas o sabrosas quiches con una corteza crujiente y hojaldrada.
Sopas frías: refrescantes sopas frías como el gazpacho, elaboradas con tomates maduros y verduras frescas, que ofrecen un respiro en los calurosos días parisinos.
Mejillones al vapor en un fragante caldo de vino blanco con ajo y hierbas, a menudo servidos con patatas fritas crujientes.
Tarta de castañas – Una rica y húmeda tarta hecha con puré de castañas dulces, a menudo acompañada de chocolate o nata para una experiencia de postre profundamente satisfactoria.
Champán – Aunque no es un plato, las comidas parisinas suelen ir acompañadas del encanto efervescente del champán o de otros vinos franceses finos, que añaden un toque festivo a cualquier ocasión.
En París, cada comida es una oportunidad para disfrutar del rico tapiz de tradiciones culinarias francesas y sabores innovadores. Tanto si desea saborear un plato clásico como explorar nuevos sabores, la oferta gastronómica de la ciudad le encantará.